viernes, 30 de septiembre de 2011

Que la lucha continúe, que sea constante y que sea de todos

Sumando y restando, podemos decir con seguridad que hasta ahora el balance de la movilización es positivo. Contamos con una alta aprobación por parte del resto del pueblo que nos ve como un ejemplo de lucha, con nuevos espacios organizados en nuestras facultades que debemos ser capaces de mantener a largo plazo y sobre todo con la certeza de que esta pelea debemos asumirla como un paso más en la disputa por un proyecto educativo liberador y para todos, que no se deje regir por el mercado ni por el afán lucrativo.

No obstante, en estos meses también han quedado al descubierto nuestras debilidades. La dispersión, la conducción vacilante y la crítica debilidad organizativa y propositiva de las bases se ha expresado en la ambigüedad de las propuestas presentadas al gobierno. Tras 4 meses de movilizaciones aún no hemos ganado nada, y no es posible explicar esto echándole la culpa a algún dirigente o a los métodos de negociación, puesto que el problema de fondo está en la falta de claridades y capacidades políticas para constituirnos como un actor antagónico que tenga la fuerza suficiente para imponer sus términos sin pedir permiso. Por esto es que no basta con poner en jaque comunicacional a los partidos políticos dominantes – como son la alianza y la concertación -, ya que la tarea primaria e ineludible a realizar es el trabajo constante y permanente para construir organización y conciencia en conjunto con todos nuestros compañeros, que se proyecte en el tiempo y que sea capaz de levantar luchas mucho más potentes en un futuro. Pero este no es el lineamiento de todo el movimiento ni estamos todos volcados a resolver las carencias que hoy no nos permiten ganar, así sin hacerse cargo de resolver este problema de fondo, hay sectores que plantean “salidas ciudadanas” como un plebiscito o una asamblea constituyente, creyendo que dichos espacios formales servirán para ganar nuestras demandas. Otros incluso valoran la mesa de negociación en su estado actual en pos de obtener alguna ganada pequeña (quizás algunas becas), buscando dejar pronto el conflicto en manos del parlamento.


Dar cuenta de las formas en que la educación neoliberal direcciona nuestros propios espacios, influyendo en la sociedad chilena, es esencial para lograr transformaciones reales y concretas desde nuestras disciplinas hasta modificar el proyecto elitista que La Chile sostiene actualmente. Por esto es necesario enfrentar las contradicciones que la propia universidad genera hoy en día, siendo una institución estatal igual de mercantilizada que el común del sistema de educación superior. Ante esto es necesario que las demandas levantadas por el movimiento estudiantil avancen en fortalecer a las instituciones estatales mermando al mercado educacional, no tan solo quitándole protagonismo al sector privado, sino eliminando cualquier lógica mercantil dentro de las propias instituciones estatales (ventas de investigaciones, títulos, lógicas crediticias, publicidad, etc.)

En los espacios locales ya sea por agotamiento, frustración o pérdida de sentido, cada vez son más los estudiantes que se van restando de las discusiones y actividades de los paros y tomas de nuestra universidad. Y si bien en esta fase de la movilización nos hemos visto forzados a discutir sobre el cierre de semestre y sobre los procedimientos de bajada o mantención de los paros, no puede ser que esos temas sean los que ocupen la mayor parte de nuestro tiempo ya que nos entrampan en formalidades y nos hacen olvidar nuestras reales tareas y desafíos, que son mucho más importantes y urgentes. Hacemos un llamado a retomar la discusión sobre la necesaria continuidad de la lucha, sobre cómo lograr que el movimiento estudiantil sea capaz de construir, disputar y vencer con o sin clases, con o sin pruebas.

Pese a que el panorama pueda parecer difícil debemos juntar más fuerzas, pues sabemos que si no hay acuerdo posible entre los estudiantes y la educación neoliberal la pelea será larga y frontal. Hoy es necesario presionar al gobierno, pero es mucho más urgente fortalecer lo que hemos avanzado y construir lo que falta. Nuestras decisiones deben tener perspectivas estratégicas a mediano y largo plazo, no podemos hipotecar el futuro del movimiento por su presente inmediato ya que para transformar la educación y la sociedad en su conjunto no basta con movilizarse algunos meses o con pelear un año, hay que organizarse todos los días y prepararse para vencer. La necesidad de realizar cambios profundos y radicales nos exigen a todos estar a la altura.

¡NUESTRAS DEMANDAS SON JUSTAS, NUESTRA REBELDÍA TAMBIÉN!

Plataforma Colectiva - FACSO
Nodo - Derecho
El Despertar - FEN
Colectivo La Revoltosa - INAP







lunes, 19 de septiembre de 2011

Mensaje & Acción, Agosto

En esta oportunidad tratamos los siguientes temas:



3. ¡EN DEFENSA DE LA CAPUCHA!

4. ¿QUÉ NO HACER?




Agosto 2011

MOVILIZACION EN SU SEGUNDA FASE: RECOMPOSICIÓN Y LUCHA!


“[Sobre la Universidad] que se pinte de negro, que se pinte de mulato (...) que se pinte de obrero y de campesino, que se pinte de pueblo” 
Ernesto Guevara


            La actual coyuntura, a sus ya 3 meses, representa sin lugar a dudas uno de los escenarios más difíciles que más nunca nos imaginamos. 

Elementos diferenciadores, fortalezas y debilidades

En análisis pasados destacamos dos características principales del movimiento estudiantil, su masividad y creatividad, situación a la que nos fuimos acostumbrando con el pasar del tiempo y hoy nos lleva a preguntarnos: ¿de tanto crear y sacar a la calle cientos de miles de personas, aún le quedan movimientos al bloque dominante? La respuesta es un SÍ rotundo. No se ha sabido poner en jaque al gobierno, más allá de la representación muestral (insuficiente) en las encuestas CEP, ADIMARK y otras más, situación que nos tiene a 3 meses de un paro, pero que sin embargo incorpora tramo-a-tramo nuevos elementos que complejizan su escenario y cuya fuerza en la calle sigue manteniéndose. 

Es cierto, la manifestación social como forma de movilización ha salido del tabú en el que se encontraba, hoy es legítima y plausible, y aunque sus alcances no son dimensionables en el corto plazo, si lo son el ánimo de romper la cooptación (institucional o partidaria) a la que se está acostumbrado que ha llevado a un control constante hacia las dirigencias y un rechazo rotundo a (re)tomar el diálogo con el Gobierno.  Valoramos sin lugar a dudas el ánimo que no ha decantado según el espíritu clásico, mucho más valoramos la crítica al modelo educativo que hoy se expresa en nuestras carreras y facultades, fortaleza es, pero creemos que no es suficiente. 

Para todos el 4 de agosto marcó un antes y un después en las movilizaciones, sin embargo la coyuntura ha estado marcada por innumerables “hitos” que han vitalizado de una u otra forma a la movilización. Destacamos lo anterior entendiendo que no ha sido una fase programática ni pasos a seguir por nosotros que nos han hecho impulsar la movilización, sino la emocionalidad misma, situación que ha logrado sumar a nuestro activo más cercano, a aquellos que tienen algún grado de relación con el mundo estudiantil terciario (situación que no es expresa en los sectores marginados). El activismo sin conducción es hoy la forma que ha asumido la movilización, situación que no es sostenible en el tiempo si de ganar queremos. 

Existen 3 elementos que consideramos falencias de esta movilización: 1) el discurso imperante contra “la clase política”, que curiosamente se gesta en la cuna del progresismo y el autonomismo, cuya aproximación a posiciones apolíticas y con afanes de dispersión ideológica por parte de las bases nos parece peligroso; 2) hoy lo popular es entendido como una exterioridad al modelo educativo, sin embargo no se hace el análisis que el “hijo del obrero” sí está inserto en el modelo, endeudado y precarizado pero está, y; 3) existe claramente falta de proyección y se tomado una posición defensiva en espera de lo que dicte el bloque dominante, neo-conservadurismo que nos hace querer mantener un status quo movilizante. 

Las viejas alianzas y el embate de la cooptación

Los fallidos intentos de cooptación por parte del Gobierno y la Concertación a secas, ha provocado un problema endógeno, la búsqueda de actores que dinamicen la coyuntura y oxigenen el movimiento en busca de una salida al conflicto estudiantil. En este escenario es donde se montan dos actores: La CUT y la Concertación. 

La CUT (y sus satélites ANEF y CONFUSAM) se incluye a partir del paro convocado para los días 24 y 25 pasados, situación a partir de la cual proclaman el “Gran Acuerdo Social por la Democracia en Chile”, simil del GASE, pero cuyo plan de reformas están tuteladas por las consignas de “no más exclusión” y “mejor y más democracia para Chile” (ambas pertenecientes al bloque estratégico: Concertación/PC), cuyo parangón lo tenemos en la derecha al expresar: “debemos cuidar la democracia que conseguimos ganar”. Básicamente se propone adosar a las reformas educativas un paquete de reformas al sistema político, de orden electoral y de toma de decisiones en la escala micro (¿les suena el plebiscito?). 

Por otra parte, la Concertación a mirado al movimiento social como la forma de obtener cohesión en su bloque opositor, y desde nuestra perspectiva, como el actor llamado a canalizar el movimiento social en la expresión parlamentaria del mismo. Ignacio Walker declara: “el Gobierno debe ser capaz de escuchar a los dos actores que harán viable cualquier reforma educativa y social, los actores sociales y la oposición”. Su papel ha sido a la cabeza de los movimientos sociales, y es lo que trata hoy, manteniendo un empate relativo en el parlamento como amenaza a la Alianza y obteniendo legitimidad por diferenciación aparente del bloque derechista. 

Como enfrentar de mejor forma: qué elementos potenciar

Recordémoslo, es una coyuntura, expresión de un conflicto subyacente, la instauración de un sistema clasista. Ante el anterior análisis, existen elementos que permiten potenciar un dinamismo del escenario político que vivimos, y que en sumatoria posibilitan la movilización en próximas coyunturas.

Hoy debemos consolidar lo avanzado. La creación de los espacios de discusión y participación deben superar lo coyuntural y prolongar su campo de acción en nuestro diario vivir de universitarios. Un proyección posible es la apuesta a construir proyectos públicos de carreras, desde lo popular. 

El mantener una posición consecuente, con una sólida posición revolucionaria y de corte anticapitalista quizá puede sonar abstracto, setentero o de gilipollas, sin embargo, hoy en el avance de la develación de las contradicciones del modelo de sociedad, se hace necesario pensarlo y sentar las bases para su construcción. Cuestionar el modelo de sociedad es un paso necesario en nuestra praxis. 

Y por último, en nuestra cotidiana lucha debemos extirpar cualquier lógica lucrativa y mercantil de raíz, en su justa radical. Entendemos que lo mercantil se manifiesta, tristemente, en los amplios márgenes de nuestra vida, por ello el respeto, la solidaridad son fundamentales, así como la lucha por cada explotado y marginado. 



¡Pues sí, la necedad parió con nosotros!

Sobre el Lucro en la Educación


Suena de manera cada vez más recurrente, por los rincones de todo el país, la voz de quienes han cargado sobre sus hombros nuevamente, la lucha que en varias oportunidades ha remecido el orden social tanto en América Latina como en el resto del mundo. Una sola voz que alimenta su caudal desde las bases del pueblo, las cuales ponen sobre la mesa el debate en torno a la necesidad de una profunda “Revolución Educativa”. Dicha voz nos demuestra el descontento arrastrado por generaciones, que sin lugar a duda buscan acabar con las barreras que protegen los intereses de la clase dominante. Este descontento prescribe su alma en “el malestar histórico de los pueblos contra la lógica demencial del neoliberalismo, contra la idea burguesa que, además de adoctrinar muchachos con fardos ideológicos al servicio de la explotación, pretende cobrárselos, hacerlos que paguen por esa “educación” que el sistema fabrica para servirse a sí mismo. La náusea” (Domínguez, 2011), que se camufla bajo la idea de “Libertad de Eseñanza”.

Esta “libertad”, resguardada por la ley, “incluye el derecho de abrir, organizar y mantener establecimientos educacionales” (Ley General de Educación) siempre y cuando cumpla ciertos requisitos mínimos que serían fiscalizados por el Estado. El mismo que luego de la implementación del sistema neoliberal en Chile, promueve la interrogante de: ¿Por qué no es posible una educación de calidad y la obtención de ingresos simultáneamente?

La “Libertad de Enseñanza” no es más que educar a la sociedad en la ignorancia. La economía y su clase burguesa, no necesitan de un pueblo compuesto por personas educadas y de mentalidad crítica. Su finalidad es crear consumidores desprovistos de conocimiento. No es raro observar que hoy en día se ha desprestigiado y desvalorizado a la educación pública, y esto es visible a lo largo de todo Chile, puesto que cada vez más familias buscan ingresar al sistema de educación particular.

 Esta idea de “buscar un mejor futuro para nuestros hijos” es lo que ha llevado a las clases dominantes a ver en la educación un llamativo y rentable negocio. Un negocio que carece de fiscalización y regulación. Un negocio cuyas utilidades se esconden bajo la mentira de una reinversión en la entrega del servicio. La “calidad” no es más que un estándar de las competencias del mercado, y el vicio que se genera en torno a esta competencia va resguardado por la búsqueda de consumidores. No habrá jamás calidad en la educación particular, puesto que no es interés de las cúpulas contar con una sociedad consciente del mundo que los rodea. Por lo tanto es hasta morboso hablar de una compatibilidad entre la entrega de una educación rica en conocimientos y de libre formación y la obtención de ingresos por parte de aquellas entidades que ofrecen el producto.

Hoy en día la educación particular sólo busca “preparar a la futura mano de obra”. Incluso si hablamos de “calidad” en la educación nos estamos refiriendo a términos netamente económicos, aceptando a ésta como un producto más del mercado.

No necesitamos buscar una educación de calidad, ¡porque no somos una empresa! Necesitamos una educación rica en conocimiento, libre y crítica.

La educación es un motor de crecimiento social que logra ampliar tanto las libertades individuales como de la sociedad en su conjunto, resolviendo problemáticas a las que nos enfrentamos en el día a día. Corresponde a la idea de qué es el ser humano y su realización como tal. La Educación es la lucha que nos corresponde a todos, por todos y para todos.

domingo, 18 de septiembre de 2011

¡Y si nos transformaron nuestra Educación en mercancía, los estudiantes seguiremos en Rebeldía!

Frente a las recientes movilizaciones y sus proyecciones, queremos expresar en la siguiente carta nuestra posición como Colectivo: 

Es claro que existe, actualmente, un malestar creciente y un clima de agitación generalizado en la población en torno a diversos temas. En este contexto, la educación nuevamente surge como una demanda primordial, canalizada a través de manifestaciones que, en algunos casos, superan el mes de movilización en las universidades y establecimientos educacionales secundarios a lo largo de todo Chile, criticando la educación como reproductor de la segmentación social y el efecto precarizante que tiene ésta sobre las clases sociales. La educación, en este punto, es central pues el sistema educacional actual se presenta como uno de los más claros sustentos de una sociedad donde las clases están cada vez más divididas. Todo esto, creemos, sirvió de aliciente para que la Universidad de Chile paralizara  sus actividades académicas, incluyendo la toma de la Casa Central y el  95% de carreras movilizadas en solidaridad con las luchas en torno a la educación.

A más de veinte días de paro de nuestra carrera, creemos que es necesario pensar en el devenir de las movilizaciones y conectarlo con el devenir del movimiento social general, sobre todo cuando la participación de nuestros compañeros ha sido altísima en las distintas actividades que se han llevado a cabo. Pensamos en actividades culturales, “asambleas ciudadanas”, tomas y marchas, pero también en las discusiones que se han dado en asambleas, pasillos y medios digitales.

Creemos que el trabajo de base, el volcamiento de conocimiento desde la disciplina a nuestras actividades y el cambio de la cultura política desde la pasividad a una actitud crítica y activa deben ser el sostén esencial en nuestro actuar en la coyuntura de hoy, entendiendo siempre que construir comunidad no es un slogan de campaña sino que se fundamenta realizando un trabajo cotidiano y constante con los que nos rodean.  

Así el trabajo abordado desde las bases supera ideológica y materialmente la lógica gremialista de los petitorios. Tomando como premisa que el motor fundamental de las movilizaciones es el descontento, ya no radicalizado en un solo componente de la sociedad (en este caso los estudiantes) sino que en un amplio espectro de la misma, hace que dichos levantamientos encuentren su cauce en el afloramiento del pensamiento subversivo y crítico de la sociedad misma, reforzando la idea del inicio de un movimiento social nuevo. Lo que está en juego es la forma de ese nuevo movimiento social.

La continuidad de estas movilizaciones no puede depender del aislamiento sectorial de los estudiantes, creemos que es el momento para la construcción de una plataforma única de lucha donde se proyecten los distintos actores con una sólida convicción de transformación social. Se entiende, entonces, por qué nos preocupa el abusivo tono que adquiere el discurso mediático centrado en el endeudamiento y la caracterización de una ciudadanía pasiva, que se mueve con criterios puramente utilitarios y legitima nuestro accionar frentes a los medios o el Gobierno.

Hoy, estos procesos de construcción deben ser capaces de desbordar la organización dirigencial, la inmediatez, su carácter cortoplacista y la difusión mediática, para abrir paso  a la creación de organización permanente, en lucha, que apuesta al largo plazo y se piensa a sí misma.  Creemos que se debe incluir en toda propuesta un trabajo territorial de base en torno a la educación popular con la comunidad que continuamente ha quedado excluida en todas las propuestas y políticas públicas provenientes del Estado, independiente del Gobierno de turno.

Ante la postura del Gobierno, centrada en el perfeccionamiento de los mecanismos crediticios ya existentes, en un fondo de revitalización que se asignaría según criterios que no están bien definidos ni son confiables, que dejan entrever una lógica de competencia mercantil y que hace patente el rol subsidiario del Estado hacia las Universidades, no podemos menos que rechazar su propuesta por insuficiente y mezquina, fruto de un intento por apaciguar el desarrollo de un movimiento social en alza. 

Concluyendo, si queremos subestimar y destruir un movimiento popular creciente y en desarrollo, sentémonos a negociar en una mesa de trabajo con un Gobierno que ha demostrado incapacidad para solucionar los problemas por los cuales protestamos o cerremos el debate con mecanismos de consulta plebiscitarios que no significan más que una raya en un papel que cierran el actuar de ciertos sectores y significan un potencial retroceso y rechazo a nuestras demandas.




¡POR UN EDUCACIÓN GRATUITA, POPULAR Y AL SERVICIO DE LAS MAYORÍAS!

Sobre el Paro Nacional de la CUT



“Las desigualdades en Chile son excesivas, inmorales, intolerables”. 
Sebastián Piñera, presidente de la República 

        A 3 meses de estas movilizaciones nos encontramos con las jornadas de PARO NACIONAL, convocada por la CUT, del día miércoles y jueves pasado. Hoy nos permitimos analizar dichas jornadas. 

Las cifras nos hablan de 1394 detenidos, 253 carabineros lesionados (todos leves), 53 heridos civiles (mediana gravedad) y un muerto, Manuel Gutiérrez de 14 años, quién vivía en la población Jaime Eyzaguirre de la comuna de Macul. Todo a nivel país. Pues bien, nuestro análisis pretende ir más allá de las cifras.

El día 24 estuvo marcado por diversos cortes de calle y barricadas que impedían en tránsito de los vehículos hacia el centro. Por la tarde, la tónica la marcaron las masivas, aunque disgregadas, concentraciones en los puntos establecidos por la CUT en las comunas y localidades, donde más tarde se transformaron en los efusivos cacerolazos que ya bien conocemos.  

El 25 tenía un eje central, las marchas por los centros de las ciudades, “a colapsar el centro”. 600 mil personas, distribuidas en 51 marchas en todo el país, cifras que algo irradian, una cierta sensación de empuje. 

Ahora bien, en términos generales, la movilización de la CUT la analizamos desde tres perspectivas atingentes a nuestro porvenir: 

El primero, derivado en la conferencia de prensa del día 25, dice relación con la inclusión de nuevos actores en el conflicto, la CUT, CONFUSAM, ANEF y los ecologistas por medio de Sara Larraín. Ya vimos que Educación pasó a ser un punto más dentro del amplísimo pliego presentado por la CUT, mucho más claro queda al enunciar Martínez que esta alianza estratégica se hará carne a partir del “Acuerdo Social por la Democracia en Chile” , simil al Gran Acuerdo Social por la Educación, pero cuyo contenido difiere en que el primero presenta un plan de reformas y pequeños cambios políticos al sistema de toma de decisiones y elecciones. Es parte incluso de lo que hoy Piñera destaca como “cuidar la democracia que hemos construido”, aquí claramente el antagonismo de la CUT es superfluo. 

Segundo, la reducción del movimiento estudiantil a la “masa en la calle” puesto que la falta de iniciativa ha obligado de manera tácita a que una serie de organizaciones se monten sobre el escenario y le den cierta conducción, cuyos resultados hoy están a la vista. Sin más, hoy el conflicto quedó abierto y sin mayor claridad, donde las demandas educacionales pasan a un plano de menor peso relativo al que engendraron al comienzo de estas movilizaciones. 

Y como tercero, con un empate parcial en el bloque dominante (Concertación y PC – Derecha), el movimiento estudiantil no logra ser canalizado por la institucionalidad, donde las bases estudiantiles cuestionan cualquier maniobra que pueda ser percibida como cooptación. Sin embargo, eso es desde la perspectiva de la institucionalidad, puesto que desde el movimiento mismo existen esforzados intentos por la inclusión de actores que puedan dar mejor curso a la coyuntura. No es casualidad que uno de los puntos de las 4 marchas en Santiago haya sido hegemonizado por la Concertación, ni mucho menos las palabras de Ignacio Walker para quién el conflicto social tiene dos actores claves: el movimiento social y la oposición, cuya contraparte es la Alianza.

Martínez por su parte declara respecto al papel de la Concertación: “nosotros estamos sumando, y si comparten las reivindicaciones de los trabajadores, de tener una nueva Constitución Política, entonces sumamos y serán bienvenidos todos los que quieran”. 

Poca claridad política en la conducción, y perspectiva de largo plazo es la traducción.

Por su parte el movimiento estudiantil tiene una considerable fuerza propia, que radica en la centralidad de su demanda y el peso en el escenario actual, pero hay que ser claros, con todo el despliegue aún hoy el conflicto no encuentra una salida razonablemente favorable a los intereses del estudiantado, ni menos, se ha traducido en un retroceso del modelo. 

La legitimidad sigue siendo una constante, no es ilógico plantear que hoy gran parte de la población está de acuerdo y apoya a los estudiantes, aún cuando un análisis más fino indicaría que los sectores que hoy se encuentran manifestándose tienen un determinado vínculo con la educación terciaria. El activo se ha masificado a sus redes más cercanas. No obstante su fuerza, no tiene un destino asegurado. 

En definitiva, las movilizaciones sociales hoy se encuentran en el amparo de lo que se autoriza, “marchar por donde el poder quiere” y dentro de los marcos establecidos. Condenamos la represión al interior del movimiento estudiantil, disque problema endógeno respecto del papel de la violencia que hoy peligrosamente utilizan determinados grupos en nombre del pacifismo inmovilizante. 

Encontrar cuáles son los denominadores comunes que permiten el desarrollo de la coyuntura y la dinamización de los procesos futuros es apremiante para un movimiento que se piensa a si mismo, que se proyecta en su relación inmutable con el poder





[1] Discurso en el 80º aniversario del diario “La Segunda”, 27 de julio de 2011
[2] Hay que tener claridad en cuanto gran parte del programa político del PC está subordinado a un paquete de reformas del sistema político (en los 3 poderes del Estado), bajo la consigna de “Firma por más democracia y justicia social”. Lo mismo, pero en términos más difusos lo plantea un buen número de dirigentes de la Concertación, como Fulvio Rossi, Guido Girardi, Ignacio Walker y Carolina Tohá.
[3] Arturo Martínez, CNN, 25 de agosto.