domingo, 3 de noviembre de 2013

La vinculación territorial como apuesta concreta para el 2014

La lucha por la educación del pueblo es una tarea que necesariamente se enmarca en un proceso estratégico de recomposición organizativa y política de todos nuestros espacios. Es decir, cómo sumar a los miles y miles que aún no luchan ni se organizan para efectivamente tener la fuerza necesaria para transformar la sociedad.

Si bien nos parece importante que hoy el estudiante popular sea un sujeto que asuma todas las luchas populares como propias, nos parece central que eso no sea simplemente una cuestión pasajera  asociada a la condición de estudiante más que a la condición de pueblo. Es por eso que apostamos a que en el cuestionamiento del rol que cumpliremos como trabajadores profesionales transformemos ese descontento en un proyecto de vida por la transformación social.

El 2014, a tres años de continuas movilizaciones, nos va quedando claro que sólo la permanencia en el trabajo permite superar las desconfianzas que se generan entre distintos actores del Movimiento Educativo Popular: Secundarios, compañeros de privadas y del sector técnico, trabajadores de la educación ya sea profesores o funcionarios, son todavía islas conectadas únicamente por dirigentes o por el puñado de compañeros más activos de cada espacio. Esto, si bien no es suficiente, representa un primer punto de avance y tiene un gran potencial si se desarrolla con una buena planificación y claridad política.

Nuestra propuesta es que en la Chile y en el Movimiento Popular en general se instale una forma de trabajo basada en la cotidianidad y en la construcción de claridades comunes para levantar un Proyecto Popular de Educación al mismo tiempo que las distintas organizaciones maduran y se fortalecen.

Esta vinculación, en el caso de nuestra Universidad, está basada en la potencia que tengan los campus para desarrollarla y en la prioridad que debe tener la Fech por tomar estas experiencias, potenciarlas, darles visibilidad y hacer síntesis de los distintos procesos que allí se vivan. Ahora, los ejes de contenido político centrales que proponemos para este trabajo son los siguientes:

1. La construcción de un Programa propio del Movimiento Educativo Popular, cuyo eje central sea la eliminación de la competitividad en la educación en todos sus niveles, tanto entre instituciones como entre sujetos.  Esto a nivel reivindicativo se traduce en la eliminación de todas las pruebas estandarizadas que sirven como parámetro para determinar hoy la “competitividad” de instituciones, profesionales y estudiantes, cuestionando un pilar central de la educación de mercado no sólo en términos materiales (acumulación de ganancias por los empresarios de la educación) sino también a nivel ideológico, apostando a que en el trabajo permanente a nivel territorial se abran espacios de socialización y cuestionamiento al funcionamiento de estos mecanismos (Simce, PSU, Prueba Inicia, etc).

2. La planificación y coordinación de la lucha por la educación, que se relaciona con la disposición de los campus de la Chile en Santiago y la necesidad de aprovechar ese potencial en dos sentidos. Tanto para agitar, apostando a movilizaciones territoriales que socialicen entre nuestra gente cuál es nuestro énfasis y por qué seguimos luchando por la educación; como para presionar, para lo que proponemos un modelo de coordinación entre los distintos espacios territoriales y el CONFECH cuando sea necesario ejercer acciones en ese sentido.

Estas tareas no reemplazan la acción que ya se ejerce desde diversas organizaciones sociales, sino que busca reforzar y aportar a estas iniciativas desde lo que podría hacer la Fech además de declararse a favor de estas luchas, al mismo tiempo que buscan devolver legitimidad a la federación a través del cumplimiento de las apuestas programáticas, cuestión a la que no estamos acostumbrados.