“Nuestros hijos eligieron el camino más difícil, el de la solidaridad comprometida con nuestro pueblo. Solidaridad que los llevó a dejarlo todo, a no tener nada, ni bienes materiales, ni seguridades, ni comodidades. Tan grande fue su amor por los demás, tan grande su deseo de una sociedad sin poderosos, sin privilegiados, que ofrecieron su vida misma, su preciosa vida por conseguirlo…” (Luisa y Manuel, Abril de 1985).
Una cálida noche de otoño, la del 29 de marzo de 1985, se tiñe de sangre e injusticia, como tantas y tantas veces, la historia de nuestro país. Ese 29 de marzo fueron asesinados en Villa Francia los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, dos jóvenes estudiantes. Mientras en Miguel de Cervantes con Cinco de Abril, en Villa Francia, la brutalidad policial terminaba con la vida de los hermanos Vergara Toledo, en otro lugar de Santiago era asesinada por agentes de la CNI Paulina Aguirre Tobar. Eso no es todo: un año antes, el 29 de Marzo de 1984, en la comuna de Pudahuel era también asesinado por agentes del estado gorila, el estudiante Mauricio Maigret Becerra; estos cuatro jóvenes, militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria MIR, fueron asesinados por luchar en contra de la Dictadura, y por el Socialismo ¡VENCER O MORIR! fue su lema.
En él caso de Eduardo y Rafael, estos fueron calificados de "antisociales", "delincuentes", "drogadictos", afirmando, además, que "habían participado en robos a mano armada" y que "habían sido procesados por infracción a la ley de seguridad interior" y "por ley de control de armas", que "eran delincuentes políticos subversivos", que "eran dos extremistas muy conocidos que estaban detectados”. Una sarta de mentiras que luego fueron comprobados en los peritajes pertinentes.
Hoy el caso se encuentra en manos de la Corte Suprema, sus padres Luisa y Manuel esperan a que por fin los tribunales dicten sentencia al respecto, luego de 25 años, y los asesinos, plenamente identificados, tengan el castigo que en este sistema pueden obtener.
Como fecha, este día siempre manipulado por los medios de prensa que controla la clase dominante, estigmatizando al pueblo y sus combatientes, dejando entender que este día es para los vándalos y el lumpen que ellos mismos han creado; sin más, el día de hoy es un día de descontento popular, un clamor del pueblo por justicia y una fecha para recordar a nuestros combatientes de ayer y hoy.
Este 29 de marzo se da en un contexto muy distinto al de otros años, a un mes de la tragedia ocasionada por el terremoto y agravada por las evidentes contradicciones sociales existentes y con el representante de los intereses de la clase patronal como Jefe de Gobierno. Aún así, las tareas de los revolucionarios y revolucionarias no han cambiado, se siguen manteniendo con la misma humildad de siempre y con un alza importante en el movimiento social donde hoy se apunta a mayores niveles de conciencia y organización.
Ahora es cuando menos debemos permitirnos los vicios que han afectado a la Izquierda Revolucionaria en el actual periodo, el caudillismo, las rivalidades, desviaciones ideológicas de todo tipo y la atomización existente deben quedar fuera, debemos como movimiento ser capaces de darle dirección a los distintos frentes de lucha, ser parte del pueblo, buscando la confluencia en la práctica cotidiana y constante. No olvidemos por qué estamos aquí, por qué seguimos luchando… Porque los verdaderos combatientes no son quienes reconstruyen el orden burgués, sino aquellos que recrean un nuevo escenario para el pueblo y la clase trabajadora, quienes día a día dejan su vida por un mundo mejor, por ellos.
Desde nuestra trinchera hacemos un llamado a los y las combatientes de ayer y hoy, a no dejar pasar un día en la construcción de un movimiento popular potente, con miras de un cambio radical. Debemos ser protagonistas de este proceso, en cada frente, en cada lugar, organización y calle, crecer juntos como pueblo y aportar a esta lucha.
En él caso de Eduardo y Rafael, estos fueron calificados de "antisociales", "delincuentes", "drogadictos", afirmando, además, que "habían participado en robos a mano armada" y que "habían sido procesados por infracción a la ley de seguridad interior" y "por ley de control de armas", que "eran delincuentes políticos subversivos", que "eran dos extremistas muy conocidos que estaban detectados”. Una sarta de mentiras que luego fueron comprobados en los peritajes pertinentes.
Hoy el caso se encuentra en manos de la Corte Suprema, sus padres Luisa y Manuel esperan a que por fin los tribunales dicten sentencia al respecto, luego de 25 años, y los asesinos, plenamente identificados, tengan el castigo que en este sistema pueden obtener.
Como fecha, este día siempre manipulado por los medios de prensa que controla la clase dominante, estigmatizando al pueblo y sus combatientes, dejando entender que este día es para los vándalos y el lumpen que ellos mismos han creado; sin más, el día de hoy es un día de descontento popular, un clamor del pueblo por justicia y una fecha para recordar a nuestros combatientes de ayer y hoy.
Este 29 de marzo se da en un contexto muy distinto al de otros años, a un mes de la tragedia ocasionada por el terremoto y agravada por las evidentes contradicciones sociales existentes y con el representante de los intereses de la clase patronal como Jefe de Gobierno. Aún así, las tareas de los revolucionarios y revolucionarias no han cambiado, se siguen manteniendo con la misma humildad de siempre y con un alza importante en el movimiento social donde hoy se apunta a mayores niveles de conciencia y organización.
Ahora es cuando menos debemos permitirnos los vicios que han afectado a la Izquierda Revolucionaria en el actual periodo, el caudillismo, las rivalidades, desviaciones ideológicas de todo tipo y la atomización existente deben quedar fuera, debemos como movimiento ser capaces de darle dirección a los distintos frentes de lucha, ser parte del pueblo, buscando la confluencia en la práctica cotidiana y constante. No olvidemos por qué estamos aquí, por qué seguimos luchando… Porque los verdaderos combatientes no son quienes reconstruyen el orden burgués, sino aquellos que recrean un nuevo escenario para el pueblo y la clase trabajadora, quienes día a día dejan su vida por un mundo mejor, por ellos.
Desde nuestra trinchera hacemos un llamado a los y las combatientes de ayer y hoy, a no dejar pasar un día en la construcción de un movimiento popular potente, con miras de un cambio radical. Debemos ser protagonistas de este proceso, en cada frente, en cada lugar, organización y calle, crecer juntos como pueblo y aportar a esta lucha.
Marzo 2010
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