sábado, 4 de septiembre de 2010

Por una Educación Superior al servicio de Chile y las necesidades de su Pueblo

El primer semestre estuvo marcado por el anuncio hecho de parte del Ministerio de Educación en relación a una serie de reformas al Sistema de Educación Superior, tanto en materia de Financiera como Institucional. Anuncios que no nos deben sorprender pues sólo representan el amarre definitivo de una forma de gobernar anquilosada en nuestra democracia, que era aplicada  con cautela por los gobiernos de la Concertación, tendiente a la precarización y privatización de la Educación Pública de este país y, en definitiva, a la profundización del sistema neoliberal. Además, durante este periodo se realizaron las primeras manifestaciones convocadas por la CONFECH, desde la heterogeneidad que provoca en el estudiantado el recibir propuestas, directrices y actividades emanadas desde arriba, desde una pequeña cúpula que conforma la plataforma dirigencial, y sobre todo a partir de la poca claridad que provoca el movilizarse bajo nada más que un eslogan: contra la agenda privatizadora  
De la misma forma, y llegando el segundo semestre la tónica ha sido la participación en las concentraciones, en las marchas convocadas por el mismo órgano de representación, sin embargo, con dos matices que identificamos acá. El primero, dice relación con el impulso de las luchas estudiantiles desde las distintas Facultades que componen hoy la Chile, indiferentes ante las decisiones emanadas desde la FECH y así mismo con la disparidad que esto conlleva, en el sentido que unos estén zanjando posturas a partir de las discusiones locales y la organización (como debiese ser) y otros que con dificultad tan sólo pueden sumarse a una u otra convocatoria. En segundo lugar, la necesidad del impulso de luchas más radicales y frontales al sistema represivo y en mayor medida, surge la necesidad de definir horizontes claros, y trabajar por ello, en que los estudiantes sean hoy protagonistas de un proceso y no meros espectadores. Cabe señalar que en ambos casos, el impulso de cada una de estas tareas no ha sido gracias al accionar de las dirigencias al nivel de la Universidad ni del círculo que conforma la CONFECH, sino a partir de esfuerzos locales y de las organizaciones comprometidas con sus bases.    
Es más, durante la semana pasada nuestra Escuela realizó jornadas para la discusión, reflexión y para compartir opiniones alrededor de demandas de carácter interno, relacionadas con la infraestructura y nuestra situación actual, hecho que movilizó a un sector importante del estudiantado de la carrera. Las razones son muchas y conocidas por todos, sin embargo, están conectadas profundamente a un problema patente, la inexistencia de una Educación Superior al servicio de Chile y las necesidades de su pueblo, que se dedique a construir conocimiento para la sociedad, desde la sociedad y  por sobre todo, con la sociedad. 
Durante la próxima semana se aplicará en nuestro espacio el Referéndum emanado desde la FECH, hecho que desde nuestra perspectiva y a todas luces, cierra los debates y el diálogo entre los estudiantes, buscando zanjar posiciones respecto a un tema tan complejo como lo es la Educación Superior. Ahí, donde el enfoque debiese ser la apertura y el trabajo, nos encontramos con simplismo y arbitrariedad. Cuando la situación del Movimiento nos obliga a que el enfoque debiese ser la generación de espacios de discusión colectiva que apuntaran a establecer la necesidad de participar en la construcción de un petitorio que fuese común, que sea parte de los estudiantes y estuviera anclado en cada uno de estos, y no, como se plantea hoy, a través de un voto tipo que mida sensibilidades y se convierta en el caballo de batalla de un reducido grupo.  
Hoy nuestras fuerzas deben estar en la profundización del debate crítico y serio, en la acumulación de fuerza social para la construcción de un Movimiento niversitario que sea protagonista de los cambios, que propicie estos y no siga siendo un organismo meramente reactivo. 
Esta lucha no se limita a lo que dos días nos digan, menos a lo que este semestre nos dicte y mucho menos aún, al resultado electoral de los meses típicos, nuestra lucha es larga porque nuestros objetivos son los de un pueblo mejor, y nuestras armas son la organización y la lucha.

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