Se entiende por pago chile a la constante ingratitud que reciben los creadores nacidos en este país. La historia señala su origen en Lima, Capital del Virreinato, la cual era el centro administrativo de la Capitanía General de Chile. Éste último lugar era el lugar de castigo para todo militar indisciplinado, o que resultara algún estorbo para algún otro de más grado, de esta manera, "la paga de Chile” nace como ir al peor lugar posible de la colonia por alguna actitud reprochable. Violeta nació en éste lugar, lo recorrió grabadora en mano, con lápiz y papel y la guitarra como mesa, anotando punto por punto; instrumentos musicales, historias, chascarros (de esos que tienen que ver con muertos y fantasmas), pero por sobre todo canciones, en otras palabras, Violeta Parra recopiladora del lugar más insufrible de América.
El nacimiento del neofolklore en Chile fue a sangre y sacrificio, a diferencia de México (donde después de la revolución se reemplazaron las canciones europeas por rancheras en los grandes salones) o Brasil con el triunfo de la colegiala Bossa-nova y el advenimiento del Tropicalismo y el posterior MPB, en Chile, la presa de la industria imperialista musical inundaba las radios con canciones en inglés, y con un contenido inexistente de nuestra realidad directa, no solo con chile, si no con todo el cono sur (tan imposible como un Sinatra haciendo canciones protesta, una “blowin’ in the wind” con coreografías digna de las Vegas).


“escriban como quieran, que usen los ritmos que les salgan, que prueben instrumentos diversos, que se sienten en el piano y destruyan la métrica, que griten en vez de cantar, que soplen la guitarra y que tañan la trompeta, que odien la matemática y que amen los remolinos. La creación es un pájaro sin plan de vuelo que jamás volará en línea recta.”