lunes, 16 de enero de 2012

¿Por qué la organización territorial?


El movimiento estudiantil pasado, dejó tras su paso el sabor amargo de nuevamente no haber conseguido nada, y lo que es aún peor, no saber si seguirá, y tampoco seguir movilizados ¿Por qué? Porque estamos acostumbrados a esperar un momento de irrupción en nuestras vidas, que nos descoloque, algún discurso coherente que despierte en nosotros de pronto la reflexión sobre una realidad evidente. Esperamos sentados alguna ‘coyuntura pre-revolucionaria’ – de moda- que nos llame a movernos, que nos motive a pelear por lo que consideramos justo. Ya Basta.

Es tiempo de organizarnos. Es tiempo de entender la necesidad de trabajar en conjunto, permanentemente y comprometerse; sin sectarismos, ni fundamentalismos, pero haciéndolo de situaciones concretas y con los pies en la tierra; para cambiar las cosas, para vivir tranquilos. Si algo aprendimos de las últimas movilizaciones, ha de ser la malla interconectada tras cada problema en específico. Entender cómo no puede hablarse de educación sin pensar en la economía, en la salud y en la desigualdad social. 
Reconocer que la interrelación de los defectos es asumir un sistema dañado; ir un poco más allá de lo que marca la contingencia. Identificar enemigo y esquemas erróneos.
Sólo un Pueblo organizado puede contra este status quo deficiente, que no da tregua ni es reducido por los medios institucionales. Se necesitan caminos nuevos.

Reconocer el daño estructural es reconocer también que los afectados (los llamados) somos muchos, somos todos. No hay lucha segregada, no hay frente de combate ni de resistencia delimitada por “área”: no somos jóvenes ni estudiantes los únicos llamados al cambio, ni sólo los trabajadores los responsables, por cuenta propia, de detener el abuso. Todo afecta a todo y a todos.  El trabajo es colectivo, y es elaborado. Es pensando en armar y organizar trabajo, en repartir labores, en aprender y crecer con el otro; para crear juntos la realidad que convengamos. 

La Organización Territorial responde precisamente a esto; a resolver los problemas de una ‘comunidad’ como tal, con sus vínculos geográficos y en su propia localidad. Es entender que los problemas individuales y colectivos encuentran solución en el apoyo mutuo, reconociendo a quien convive en mi espacio como un compañero, fuera del sectarismo; es dar el debate sobre los problemas que atañen a la comunidad en su conjunto, socializarlos, discutirlos y resolverlos (luchando) juntos codo a codo, organizados, crecimiento en el tiempo: Vecino, vecina, padre, madre, hijo, abuelo, allegado, inmigrante, obrero, profesor, estudiante, funcionario, artista, etc.

¡Ya ha pasado mucho tiempo! Hay que actuar ya, es urgente. Organicémonos

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